Romper la cadena mental

08 enero 2008

Milton Vela. Director de Comunicadores.


Cuenta una fábula, que una persona fue a un circo y vio como un elefante adulto estaba sujeto de una pata con una finísima cadena atada a una débil estaca. Intrigado, se preguntaba porqué el elefante no huía, pues dicha cadena no tenía suficiente consistencia para sujetar su fuerza. La respuesta era muy sencilla: cuando solo era una cría, dicha cadena era demasiado fuerte para que se pudiese liberar. Creció convencido de que nunca podría romper la cadena hasta que su prisión dejó de ser física para convertirse en una prisión mental.

El trabajo que hoy designa la historia a los liberales, es romper la fina cadena mental que nos mantiene prisioneros del pasado.

En el Perú las libertades individuales han desaparecido, la individualidad como insumo esencial de nuestro talento ha sido paulatinamente eliminado, nuestra capacidad de ser los autores de nuestro desarrollo y riqueza ha sido cambiado por la creencia absoluta de que solo las leyes generadas en el congreso podrán traer desarrollo y felicidad a los ciudadanos. Y todo esto trasmitido de generación en generación.

Aún salta a nuestros recuerdos el monótono uniforme escolar único, pasando por el gallardo desfile emulando a los militares patriotas y todo de cumplimento obligatorio en leyes y normas. Nunca permitieron vestir como le gustaba a la mamá o al papá y en el colegio como nos gustaba a nosotros, en esa primera etapa cercenaron nuestra capacidad de diferenciarnos, de ser diferentes.

Cambiar y tener fe en la construcción de un futuro diferente debe ser las líneas de acción de cada uno de nosotros, convencer a muchas personas de que existe una alternativa para el cambio y que mejorar las condiciones de vida y las oportunidad para el éxito, pasan por un gobierno limitado y el entendimiento que salir de la pobreza es una asunto individual en el esfuerzo. Aunado a un gobierno liberal que ampare el desarrollo de un libre mercado, bajo una conducta ética en la gestión pública.

En fin, el reto no solo es cambiar a los políticos, si no cambiar la forma de hacer política en el Perú