El gallo madrugador y los impuestos

05 junio 2008

Un gallo madrugador decidió separar de su ración diaria algunos granos de trigo con la finalidad de plantarlos en vez de comérselos. Para la tarea de cultivar, convocó a los otros animales que estaban paseando en su entorno mientras buscaban alimento por el piso.

- Vamos a plantar estos granos y así tendremos pan. ¿Quieren colaborar?

- ¡Noooooo ! -respondieron a coro los animales que poblaban la granja-

El gallo previsor no se desanimó e igualmente sembró. Trabajó solito y el trigo no demoró en crecer.

- Vamos a cosechar el trigo, propuso el gallo al resto de los animales.

- Yo no -dijo el ganso- ¿para qué voy a trabajar si ya estoy cobrando un subsidio sin tener que hacer nada?

- Yo tampoco porque el trabajo esclaviza, exclamó el cerdo, mientras persuadía al resto para que se negaran a trabajar.

Ante tales respuestas que se multiplicaban con apenas unos pocos matices distintos, el esforzado gallo decidió trabajar solito en la cosecha sin la colaboración de los otros.

Llegó el momento de amasar y cocinar el pan. El laborioso gallo ofrece a los demás una última posibilidad de trabajar.

- ¿Quién me ayuda a amasar el pan?

Sin obtener ni una sola respuesta afirmativa, el gallo amasó y cocinó el pan. Una vez que el pan quedó pronto y sabroso, todos los animales se acercaron porque querían comérselo.

El sacrificado gallo pensó y les dijo:

- Miren, ustedes que nunca quisieron trabajar y siempre se negaron a ayudarme, deberían saber que para comerlo no es necesaria la ayuda de los demás...

El cerdo, interrumpió bruscamente: ¡Están siendo violados nuestros derechos!

La vaca que estaba pastando como distraída, escuchó la queja y mugió: ¡oligarca!,

El ganso se sumó a la protesta y le increpó: -¡Egoísta explotador! ¡Criminal! ¡Genocida!

El pato gritó enojado: ¡Individualista, capitalista, torturador!

Los animales se movilizaron con la ayuda de víboras muy venenosas, expertas en agitación social y en el fomento del odio y la lucha de clases. Contando con la colaboración "espontánea" de papagayos rojos incrustados en ONGs y en todos los medios de comunicación, organizaron una concentración seguida de una marcha encabezada por una gran faja y varios carteles con leyendas pintadas en letras gigantes. Muchos carteles, pocos animales pero grandes espacios en los medios... En uno de los grandes carteles podía leerse "injusticia social", en otro "soluciones ya", en otro "ocupar"...

Así preparadas "espontáneamente" las cosas y generado el clima propicio, irrumpe en escena un ave de rapiña junto a un Zorro astuto y resentido que sabe mostrarse sereno y aplomado. Eran los recaudadores de impuestos quienes le cobraron compulsivamente al gallo laborioso una gran parte del pan "para atender las necesidades de los otros" (que se habían negado a trabajar).

Así, todos comieron. El cerdo, el ganso, el pato, las víboras venenosas, el zorro y las aves de rapiña participaron del banquete hasta que el pan se terminó. Nadie más plantó trigo; nunca más volvieron a tener pan en esa granja y todos se siguen arrastrando para encontrar por el piso algo que les permita subsistir.