Suecia privatiza la gestión educativa

21 noviembre 2008

Resulta interesante constatar que a la par de la crisis financiera internacional que ha requerido del salvataje estatal, dando lugar a que algunos sostengan que estamos ante la caída del capitalismo y liberalismo, los países con tradición socialista y sistemas educativos centralistas y estatizados empiezan a ensayar nuevas opciones de gestión educativa eficiente mediante empresas privadas que reciben fondos públicos para ofrecer educación gratuita de calidad. A los casos de Australia, Nueva Zelanda, EE.UU., Chile, se agregan últimamente algunos de los países europeos.

La Tercera de Chile del 11 de noviembre del 2008 trae la noticia de que el gobierno sueco está promoviendo el paso de los alumnos de las escuelas públicas a las escuelas independientes "friskolor" gestionadas por empresas privadas que escogen su propios métodos de enseñanza, su personal y administran sus propios edificios, aunque todo ello con financiamiento estatal para mantener la gratuidad de la educación. En Suecia, del 1.7% de alumnos privados en primaria y 1% en secundaria en el año 1992 han subido al 17% y 9%, respectivamente, en el año 2008.

La utilidad de la empresa privada está dada por el margen de rentabilidad que obtienen por administrar eficientemente los recursos estatales. Por ejemplo, una de las empresas "Bure Equity" -que cotiza en la Bolsa de Valores de Estocolmo- en el primer trimestre obtuvo una ganancia neta de 33% superior al 2007 y ascendió a 3 millones de dólares.

Si bien hay sectores de la sociedad sueca que se oponen a este modelo porque aducen que se derivan dineros públicos a empresas privadas, la contraparte sostiene que se ha elevado la calidad de la educación y se está generando una competencia que está obligando a las escuelas públicas a mejorar su eficiencia.

Michael Fallon, el hombre fuerte de la educación del partido conservador inglés, ha adelantado que en caso de derrotar al laborismo en las próximas elecciones implementarían una fórmula similar. Así, crece el número de expertos convencidos de que la educación gratuita no tiene por qué ser considerada como sinónimo de educación pública, porque los privados también la pueden proveer, inclusive con calidad superior.

León Trahtemberg
De sentido común
CorreoPerú