Palestina fue durante 5 siglos una provincia del imperio otomano. Hacia fines de la Primera Guerra Mundial contaba con una población aproximada de 1.3 millones de habitantes. Se trataba de una región en la que cristianos, judíos y musulmanes convivieron durante más de un milenio en relativa armonía.
Con el desmembramiento del imperio otomano tras la Primera Guerra Mundial, Palestina se convirtió en un protectorado bajo mandato británico. La política británica favoreció la inmigración judía a Palestina. Eso condujo a un cambio demográfico importante: la población judía pasó de ser alrededor de un 6% de la población hacia inicios del siglo XX, a representaban cerca de un tercio de la población hacia finales del mandato en la década de los cuarenta.
El movimiento sionista fundó una organización que se encargaría de la inmigración a Palestina: la Agencia Judía. Esta también se ocupaba de recaudar fondos y de comprar tierras. A pesar de que la Agencia ofrecía pagar precios muy por encima de su valor de mercado, la mayoría de los palestinos se negaban a vender sus propiedades. La proporción de la tierra en propiedad de la comunidad judía nunca alcanzó el 10% del total durante el mandato británico.
Los palestinos a su vez se oponían tanto a la masiva inmigración judía como a la ocupación extranjera, siendo reprimidos por las fuerzas británicas. En 1936 inician una rebelión armada, la cual duró hasta 1939, año en que fue finalmente derrotada.
LA RESOLUCIÓN DE PARTICIÓN DE LA ONU Y LA GUERRA DE 1948
Al terminar la Segunda Guerra Mundial el mundo descubre los crímenes cometidos por los nazis, y en particular el genocidio cometido contra el pueblo judío. Dada su relativa pasividad ante esos hechos durante el conflicto, los líderes de las potencias occidentales tenían una deuda moral con ese pueblo, y las reivindicaciones sionistas reciben una amplia simpatía de las potencias vencedoras en la guerra. En ese contexto Inglaterra pide a la ONU buscar una solución al conflicto. En noviembre de 1947 la Asamblea General de las Naciones Unidas recomienda la partición de Palestina en dos estados, uno palestino y otro judío, así como una zona de administración internacional en la ciudad de Jerusalén (Vg., resolución 181). La mayoría del movimiento sionista acepta la partición, los árabes alegan que no reconocía el derecho a la autodeterminación de la población y concedía más de la mitad del territorio (incluyendo las tierras más fértiles próximas al Mediterráneo) a menos de un tercio de la población (los judíos).
El inicio del retiro británico en 1947 da lugar a enfrentamientos armados entre palestinos y judíos. Las milicias judías, que contaban con niveles superiores de armamento y preparación (muchos de sus integrantes eran veteranos de la Segunda Guerra Mundial), logran controlar la parte del territorio que la resolución de partición les concedía, además de la mitad del territorio asignado al Estado palestino. En el transcurso de esos enfrentamientos se perpetraron diversas masacres contra civiles, la mayoría de ellas contra civiles palestinos (como la de Deir Yassin, documentada por el enviado de Naciones Unidas Folke Bernadotte). Según el historiador israelí Benny Morris , esa fue la causa del éxodo de unos 750,000 palestinos (más de la mitad del total), quienes pasan a convertirse en refugiados en los países vecinos, así como en la mitad del territorio asignado a un Estado palestino que queda bajo control árabe: Vg., Cisjordania (incluyendo la parte oriental de la ciudad de Jerusalén) y la franja de Gaza. Además de ello, el Estado palestino no logra constituirse por que el 15 de Mayo de 1948 varios Estados árabes vecinos intervienen en el conflicto, asumiendo el control de ese territorio. Como consecuencia, la Asamblea General de la ONU aprueba la resolución 194 que exige a Israel permitir el retorno de los refugiados palestinos, y compensar a aquellos que decidieran no regresar.
Simultáneamente, más de medio millón de judíos que vivían en países árabes son forzados a marchar al exilio. La gran mayoría de ellos emigra hacia Israel, en donde acceden a la ciudadanía de ese país y a las propiedades abandonadas por los refugiados palestinos.
Farid Kahhat